en un verso,
mido con milimétrico esmero cada espacio,
entre tus labios y los mios,
hago que esa distancia sea entre tu piel y mi palabra.
Entre la madrugada y mi voz, hay un ligero eco,
del camino entre la soledad y la locura,
escribo, pienso y escribo,
creo que esta soledad se la debo a mi ausencia,
a mi presencia, entre los ramales del lenguaje,
sin más, pago con lenguaje esta deuda de ausencia,
porque entre las palabras,
esta noche delíneo cada parte de tu cuerpo,
en mi piel.
M.